Viaje al Fin del Mundo

Se trata de un fotolibro de unas 250 páginas que intercala fotografías y textos propios. Está estructurado en forma de diario poético de viaje cargado de reflexiones íntimas sobre el arte, la conciencia y los vínculos personales. A través de paisajes, encuentros y detalles; la intención subyacente es dibujar un proceso de sanación emocional y universalizar el aprendizaje que de ella se pueda extraer. La ruta va desde Quito (la línea del ecuador) hasta el Faro del fin del mundo, en la Patagonia argentina, el extremo más austral del continente sudamericano. 

Sinopsis

Tras la muerte de mi padre, después de batallar 3 años contra un cáncer, decidí que era el momento de aventurarme a cumplir un sueño que había tenido desde niño: recorrer Sudamérica de norte a sur, pasando por Perú, el país natal de mi madre, buscando inspiración, amplitud y sanación. Desde niño observaba los mapas de los atlas que teníamos en el comedor, recorría con los dedos las tierras de la Patagonia, lugares remotos que me despertaban una llama que se ha mantenido viva durante toda mi vida. Tras una época difícil y un vacío irremplazable, decidí apostar por los impulsos de aquel niño y me lancé durante varios meses con mi cámara, un cuaderno en el que fui escribiendo a diario y una guitarra. De esta manera, tracé la ruta desde Ecuador hasta el extremo sur de Argentina para alcanzar mi meta: El Faro del Fin del Mundo.

A lo largo del libro se suceden encuentros, reminiscencias, paisajes vastos e inabarcables; anécdotas… En muchas ocasiones surgían complicaciones en el camino derivadas de viajar con pocos recursos, cargando todo mi equipaje en una mochila: autostop, episodios de enfermedad, momentos de tensión, etc. Todo ello se recoge bajo el paraguas de una subjetividad que no se esconde, sino que se expande, que busca habitar esos espacios y plasmarlos en imágenes que transitan entre lo íntimo y lo compartido: Colores, rostros, atmósferas difusas, una amalgama de texturas que conforman un tiempo en el que el alma se abre a soñar, a reconocerse y a cerrar heridas.